miércoles, 1 de agosto de 2012

Cine cubano: las películas llegan, se van, y se quedan

Por Sergio Acosta ((C) Jorge Perugorría)

Como un juego de palabras se puede calificar la distribución de las películas cubanas, sobre todo si de las más exitosas se trata. Unas llegan, sobre todo a los festivales; otras se van del circuito después que terminan los festivales en las que se presentan, o se quedan en las mentes de los que las ven, o través de las críticas en los medios.

Desde el triunfo de la revolución cubana en 1959 y con la creación del ICAIC , el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica, la producción audiovisual en la isla recibió un impulso, pero por otro lado apareció un espacio único que no permitía hasta hace poco una distribución de la producción independiente. Por otra parte, las películas cubanas más exitosas -y quizás las mas criticas-, eran exhibidas en determinados eventos, como festivales importantes, para después desaparecer. ¿Qué sucede?

Para Jorge Perugorría, famoso actor cubano y ahora también director, eso sucede en todas latitudes con el cine independiente:
"Eso le pasa a la mayoría del cine independiente que se hace en todas partes. Ahora con el desarrollo de la tecnología digital los presupuestos de las películas han bajado, lo que da más libertad a la producción, y se hace incluso dentro de Cuba un cine independiente. O sea que ahora mismo es fácil hacer películas y el problema recae en la distribución. Es un poco como la industria del disco, que hoy se puede producir uno de calidad desde la casa, pero la pregunta es después cómo lo coloca. Por eso las películas que producimos en Cuba y en Latinoamérica la gente tiene acceso a verla en los festivales y muestras, pero es difícil llegar al circuito comercial".

Para Juan Antonio García Borrero, historiador y crítico de cine de Camagüey, al este de la isla, los problemas de distribución son temas pendientes:
“Esto es una asignatura pendiente que tenemos los cubanos. Tenemos que hacer un estudio de la recepción. Creo que Cuba debe de alguna forma comenzar a tomar en cuenta lo que está sucediendo en el mundo. Seguimos siendo isla en lo geográfico pero cada vez nos integramos más a una lógica global en la cual ya resulta difícil que en cartelera se pueda sostener semanas determinadas películas, sobre todo aquí donde existe la concepción de salas de cine con grandes capacidades, y en el mundo se vive un repliegue para consumir este tipo de audiovisual en su hogar".

Espacio para la crítica
Las películas cubanas parecen ser una isla en cuanto a la crítica en un país cerrado a muchos espacios alternativos. Aún así siempre surge la duda de si hay control, censura o rechazo a determinados temas. Perugorría habla de que ha tenido espacio para hacer las producciones que ha querido:

"He podido hacer las que he querido. Eso no es algo nuevo dentro del cine cubano, si ves las películas de los años 60, las producciones como "La muerte de un burócrata", que era una crítica de Titón a la burocracia, o "Fresa y Chocolate", u otras películas de los últimos años. El cine cubano siempre ha tenido espacio para un pensamiento crítico, quizás con mucho más espacio que otros medios como la televisión o la prensa plana. Nunca ha perdido ese compromiso con la realidad, y de hecho por eso le gusta tanto a los cubanos".

Parecido opina el historiador García Borrero, quien cree que el cine en Cuba ha tenido una autonomía única:
"Ha sido un ejemplo de autonomía para esa suerte de crítica que se puede realizar. Yo en lo personal siempre he defendido contar la historia del cine cubano con más ambición que lo que normalmente se hace. Casi siempre se habla del cine cubano como la historia del ICAIC, que deja en la sombra el cine pre revolucionario o del cine sumergido que se hace más allá del ICAIC, o del cine del exilio”

Según García Borrero desde el año 2.000 cuando él personalmente dirigió la primera muestra de nuevos realizadores, ya había interés de las autoridades de la industria del cine en Cuba por los nuevos talentos y nuevas producciones. Ejemplo de ello son películas como "Camionero", que aborda el tema del acoso infantil en las escuelas en Cuba, o "Habanastation" que trata las diferencias de clases sociales, o la misma última producción de Jorge Perugorría, "Amor Crónico" sobre la gira de la cantante cubana emigrada a Nueva York, Cucu Diamante, y que regresa y da una gira por la isla.

Futuro: ¿hacia dónde mirar?
En una reciente presentación en La Habana del último libro de crítico e investigador García Borrero precisamente se trataron algunos de estos temas.

"En la presentación de “Cine cubano, la pupila insomne”, el debate dejó más interrogantes que respuestas, pero provocó que se puede seguir pensando en estos temas. Con la proliferación de canales audiovisuales hay muchas posibilidades para saber las películas que se estrenan y que corren el riesgo de perderse. El crítico tiene un papel fundamental dentro de esta revolución electrónica. No se puede seguir haciendo la crítica como antes, hay que comenzar a escuchar al espectador, y eso es lo que intentamos ahora hacer en Cuba".

Fresa y Chocolate hizo famoso a Jorge Perugorría. Desde entonces no solo han pasado 17 años, sino que mucho cine se ha hecho en Cuba. Pareciera que una constante son los temas relacionados con la migración, pero según García Borrero muchas otras cintas con mas crítica y mensajes sociales han salido de Cuba. Aún así nunca está de más el consejo del multifacético actor y director Jorge Perugorría:

"Los cineastas tienen que mirar la vida. Recuerdo que Pedro Almodóvar vino a La Habana y dijo: ‘aquí nada más hay que poner una cámara en una esquina y sale una película’. Las historias están ahí y esa debe ser la inspiración"