El Festival Internacional de Cine Pobre regresó con mucha fuerza gracias al empeño puesto por todos los que intervinieron en su materialización, afirmó Jorge Perugorría, presidente del comité organizador del evento, que fue clausurado este domingo en Gibara.
“Valió la pena todo el esfuerzo que hicimos para llevar a feliz término este evento, pues el principal objetivo de hacer un festival interactivo se cumplió y los gibareños están muy contentos, según pude comprobar al caminar por sus calles”.
Perugorría se mostró satisfecho con la calidad de las películas que se presentaron en la muestra, integrada por 10 largometrajes de ficción e igual cantidad de documentales, y más de 20 cortos en ambas categorías, procedentes de diferentes países. Elogió también la celebración de talleres, foros, conferencias, encuentros, exposiciones y especialmente las intervenciones de un grupo de artistas de la plástica de primer nivel en toda la ciudad de Gibara, quienes pintaron murales y telones que pasan a formar parte de su patrimonio.
No obstante, el actor y director cinematográfico reconoció que todavía hay aspectos por mejorar, sobre todo desde el punto de vista organizativo, en lo cual aún tiene mucho que aprender, pues “es más difícil hacer un festival que una película”.
Tras calificar a Humberto Solás como una de las figuras más destacadas del cine cubano, para quien tuvo la suerte de actuar en dos ocasiones, dijo que todavía se siente trabajando bajo sus órdenes en este festival, empeñado en continuar construyendo el sueño de su fundador. Al cierre de esta edición se efectuaba la gala de premiación en las diferentes categorías, en la cual la película Tangerine (Sean Baker, Estados Unidos) se llevó el Gran Premio.|
“Valió la pena todo el esfuerzo que hicimos para llevar a feliz término este evento, pues el principal objetivo de hacer un festival interactivo se cumplió y los gibareños están muy contentos, según pude comprobar al caminar por sus calles”.
Perugorría se mostró satisfecho con la calidad de las películas que se presentaron en la muestra, integrada por 10 largometrajes de ficción e igual cantidad de documentales, y más de 20 cortos en ambas categorías, procedentes de diferentes países. Elogió también la celebración de talleres, foros, conferencias, encuentros, exposiciones y especialmente las intervenciones de un grupo de artistas de la plástica de primer nivel en toda la ciudad de Gibara, quienes pintaron murales y telones que pasan a formar parte de su patrimonio.
No obstante, el actor y director cinematográfico reconoció que todavía hay aspectos por mejorar, sobre todo desde el punto de vista organizativo, en lo cual aún tiene mucho que aprender, pues “es más difícil hacer un festival que una película”.
Tras calificar a Humberto Solás como una de las figuras más destacadas del cine cubano, para quien tuvo la suerte de actuar en dos ocasiones, dijo que todavía se siente trabajando bajo sus órdenes en este festival, empeñado en continuar construyendo el sueño de su fundador. Al cierre de esta edición se efectuaba la gala de premiación en las diferentes categorías, en la cual la película Tangerine (Sean Baker, Estados Unidos) se llevó el Gran Premio.|
Fuente: www.trabajadores.cu | Por Claudia Zurita y Manuel Valdés
Por Claudia Zurita y Manuel Valdés
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Por Claudia Zurita y Manuel Valdés
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