Oficina del director del periódico La Avanzada. Alrededor de una mesa, redonda por demás, se reúne la plana mayor del diario. Discuten lo que discuten. El Consejo de Dirección no es a puertas cerradas: cámara, luces, micrófonos y técnicos asisten indiscretos y son testigos de encuentros y desencuentros. Usted lo será también cuando alguien le preste Brainstorm (Tormenta de ideas), el sexto cortometraje de Eduardo del Llano.
Un buen tema para tesis de sociólogos y comunicadores es la forma en que materiales underground como Monte Rouge –el más sonado hasta el presente de la saga de Nicanor– son comidilla de la gente: jóvenes y no tan jóvenes lo copian en MP3, DVD y cuanto medio informático tienen a mano, para luego convertirse en eslabones de una cadena de transmisión interminable que nada tiene que ver con salas de cine ni canales de televisión.
Uno se pregunta cómo es posible que se oiga hablar de debates colectivos sobre la sociedad cubana, de que un titular en la prensa alegue que unidad no quiere decir ausencia de discusión, mientras se ignora olímpicamente la labor de unos cuantos intelectuales que ponen sobre el tapete no poco de lo que quisiéramos ver reflejado en nuestros medios de comunicación masiva, “periódico La Avanzada ” incluido.
Eduardo del Llano es uno de ellos. Su nombre se inscribe en lo más novedoso y revolucionario de la literatura, el cine y el humor de las últimas dos décadas, desde que en los años 80 se diera a conocer, en los textos del grupo Nos y Otros, en las páginas del casi desaparecido Dedeté. Luego sería más osado al crear un grupo teatral del mismo nombre y poner en escena espectáculos que debieran releer muchos de los que hoy se dicen llamar humoristas.
Sex Machine Producciones bebe de esas fuentes. Más de un lustro después de desintegrado Nos y Otros, Eduardo y el trovador Frank Delgado deciden llevar al video, con escasos recursos, algunas de las historias que quedaron en el papel. En el proyecto se enrolan, desinteresadamente, técnicos y artistas que encuentran en él una forma de expresión al margen de lo aceptado en los medios oficiales. Y aparece, a comienzos del 2004, el corto de ficción Monte Rouge, que en pocos meses corre como pólvora y se ve lo mismo en La Habana que en Maisí, y con igual entusiasmo en Siberia o en Vanuatu. El por qué de la masiva aceptación puede estar en la necesidad de reflejarnos, vigilantes y vigilados, tal cual somos.
Después del éxito inicial, deciden repetir la experiencia casi con el mismo equipo técnico, y Luis Alberto García (Nicanor) y Néstor Jiménez (Rodríguez) como actores fetiches. Surgen así High tech, Photoshop, Homo sapiens, y un corto que casi es estreno, pues se filmó en febrero del año anterior: Intermezzo, el único que ha sido aceptado en la competición oficial del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. “Un reconocimiento –dice Del Llano– a que existimos sin tener que hacer concesiones”.
Si en un inicio fue difícil encontrar a locos que por tres quilos decidieran “meterse en candela”, hoy lo embarazoso para Eduardo es dejar a un lado a una larga lista de actores y actrices que le han rogado formar parte de Sex Machine Producciones (no hay que tomar en serio el nombre: broma es). Entre los que han prestigiado al proyecto se encuentran, además de los ya mencionados, y por orden de aparición, Mario Guerra, Yailene Sierra, Mirta Ibarra, Laura de la Uz , Tamara Castellanos, Vladimir Cruz, Luis Carrere, Yipsia Torres, Jorge Perugorría, Adria Santana y Albertico Pujol. Los tres últimos defienden sus criterios como el que más en el Consejo de Dirección del que hablé al principio.
Dije tres quilos porque una de las patas cojas del proyecto es la ausencia de un mecanismo distribuidor que permita una difusión más organizada y recupere lo invertido para emprender proyectos futuros con el bolsillo despejado. Lo define el propio Eduardo cuando declara: “Sabemos cómo hacer los cortos, pero no qué hacer después con ellos”.
El sexto corto de Eduardo del Llano, además de Tormenta de ideas, es otro guiño –parafraseando a uno de sus personajes– a la Cuba que conocemos y no a la que se nos pretende mostrar. Si los encargados de preocuparse por su abierto debate ignoran este material como ignoraron los anteriores, allá ellos.
Este reportaje salda una vieja deuda con el talento del director de Sex Machine Producciones. Nada mejor que saludar la aparición de su sexto corto, Brainstorm, irónica mirada a la prensa cubana actual. No es imparcial, ya lo sé. En definitiva ni La Avanzada ni ningún otro periódico lo son.
PROTAGONISTAS
Jorge Perugorría. “Rojas”, director del periódico La Avanzada.
Es una suerte y un privilegio que Eduardo del Llano me haya llamado para participar en estas historias de Nicanor. Vi Monte Rouge, me gustó mucho, y he seguido cada capítulo de la serie que han hecho él, Luisito y Néstor.
Me parece un trabajo muy ingenioso, con un humor inteligente, necesario. Yo estaba loco porque me llamaran para trabajar en alguno. Finalmente se concretó en este, con el ingrediente de un elenco maravilloso, un gran piquete, donde además de los de siempre está Adria Santana, una excelente actriz con la que hacía mucho tiempo no trabajaba, y Albertico, con el que trabajo por primera vez y es un actor emblemático de mi generación, al cual respeto mucho. Es un lujo compartir con ellos y ser parte de esta historia de Nicanor.
Yo siempre estoy medio enredado, pero casualmente en estos momentos no tenía nada en el cine. Lo que estoy haciendo está relacionado más bien con la pintura. Me vino de maravillas para poder estar en el proyecto a tiempo completo.
La cooperación entre Eduardo y yo es recíproca, trato de dar como actor lo mejor de mí. Lo que hace Eduardo es extraordinario. Estoy aquí porque soy parte de esta generación de actores a la que le ha tocado hacer el cine y el teatro cubano de estos tiempos.
Adria Santana. “Ana”, jefa de la página internacional.
Lo primero que hago cuando voy a trabajar en algo es leerme el guión: lo que necesitan, quieren, y me interesa. Me pareció maravilloso tener la oportunidad de decir cosas que uno siempre quiere decir, pero a veces no encuentra el lugar, la manera, o el momento para decirlas.
En este corto se reunieron varias cosas muy, muy importantes para mí. Eduardo del Llano es una persona a la que admiro y respeto; da mucho espacio a todos los actores para enriquecer el personaje. El primer día estaba nerviosa, pues no estoy acostumbrada a trabajar con este equipo, y veía que los demás se sentían como pez en el agua. Me dije: tengo que moverme. El elenco es de primer nivel; nunca es tarde para aprender muchas cosas, y con ellos las estoy aprendiendo.
Por supuesto que con mi personaje, Ana, no tengo nada que ver. Odio a las personas que no son capaces de pensar más allá de lo que los demás le dicen que tiene que pensar. Pero hago el personaje con mucho placer, me divierto mucho, y estoy muy feliz de estar aquí.
La vida es polémica, el día a día es polémico. Necesitamos espacios de discusión, de pensar que no tenemos la verdad en la mano. El hecho de que tú tengas una opinión diferente a la mía no te hace un enemigo: te hace un amigo cercano con el cual puedo o no tener diferencias de criterios. Los seres humanos tenemos que mirarnos a la cara y discutir.
Albertico Pujol. “Bolaños”, jefe de la página nacional.
Algunos cortos ya los había visto. Unos me gustaban más que otros. El último, Intermezzo, me pareció muy bueno. Me siento bien haciendo este. Es una propuesta que se hace con mucho trabajo y esfuerzo, y eso es importante. Debía tener un poco más de apoyo, porque es chévere, muy divertido. Uno a veces tiene que divertirse.
Hay un grupo de actores que siempre hemos ansiado trabajar juntos y no habíamos podido coincidir; esta es una buena ocasión, porque hay gente emblemática. Me siento cómodo con mi personaje, es divertido; hay mucha gente como él, yo me las he encontrado: se sientan con una guayabera y te dicen las cosas con una convicción de que todo esto es así porque es así –y resulta que no es así–, con una seguridad y un idealismo a veces… es como un traje que se ponen, y te tropiezas con ellos en cualquier parte, a cualquier nivel.
Es muy importante decir las cosas, porque te encuentras estamentos, que no son precisamente los de un periódico, donde hay personas con un grado de seguridad al plantearte un argumento, un asunto, que tú lo das por sentado porque te hablan con una fuerza tremenda, y sin embargo están equivocados, y a veces no tienes la posibilidad de responderles. Con Bolaños puedo mostrarle a la gente que no hay que hacerle mucho caso a este tipo de personas, que van por la vida y pasan, y que hacen daño.
Luis Alberto García. “Nicanor”, jefe de la página cultural.
En Brainstorm Nicanor no es tan protagonista. El personaje de Rojas –el director del periódico–, que hace Perugorría, está buenísimo. El de Albertico Pujol es una maravilla. El de Néstor también está bueno. El de Adria, aunque soy varón, también lo hubiera podido hacer igual. O sea, los seis personajes están bien, y eso está muy cuidado desde la escritura. Lo que pasa es que ya yo me casé con Nicanor y es el que me toca, pero cualquiera de los otros cinco los hubiera hecho de muy buena gana.
Sex Machine pretende mostrar el país que somos. No creo que haya obra de arte alguna que presente la realidad tal cual. Tratamos de ser lo más sinceros posibles, de acercarnos a la realidad cubana con una mirada desprejuiciada, honesta, y lo hacemos con la mejor buena fe. Que seamos ciento por ciento veraces… no creo que nadie se pueda apuntar ese mérito. Sí somos más sinceros que otras muchas productoras.
Eduardo se ha propuesto hacer diez cortos, no alcanzan para plantear todo los temas peliagudos que yo quisiera: hay más temas que cortometrajes podamos filmar. Cualquier cosa que sea hablar –como lo hemos hecho hasta ahora– de la realidad que vivimos los cubanos, para mí está bien. Hay cuentos que ya están escritos que yo quisiera hacer, y otros que no están escritos que imagino no ocurrirán. La realidad cubana tiene miles de aristas, de historias, de cosas por contar, y no todas van a caber en diez cuentos de Nicanor.
Néstor Jiménez. “Rodríguez”, jefe de la página deportiva.
Yo no sé cómo Eduardo ha escrito cronológicamente sus historias. Brainstorm trata de un tema polémico, pero Intermezzo también: la actitud de las personas a la hora de decir sí o no ante una situación determinada, de la doble moral, de que la gente muchas veces dice “sí” donde tiene que decir “no” por razones equis.
Eduardo tiene una visión muy exacta de la realidad cubana y la realidad cubana es fuerte, cada día más contradictoria, y nos va a plantear a los artistas nuevos retos. Hoy es el periodismo y mañana puede ser la salud pública, la educación, el transporte, la vivienda: estamos rodeados de problemas y Eduardo en eso es muy certero. Parece que unos son un poco más polémicos que otros, pero no, hay un equilibrio. Uno lee al principio y dice: ¡uf!, este está duro. Si te pones a ver, los otros que hemos hecho también tienen sus puntos fuertes, ¿no?, o mejor: poco tratados en los medios.
Lo he dicho muchas veces: si Eduardo no trabaja conmigo, no puede hacer más ningún corto de estos, y haré todo lo posible porque Sex Machine desaparezca. Luis Alberto es Nicanor per saecula saeculorum, y yo voy a ser Rodríguez siempre. Para los dos es un placer trabajar con Eduardo, es un tipo muy agudo que ha demostrado que sabe lo que hace y lo maneja muy bien. Él me tiene que tener aquí obligado. Todas las veces que Eduardo me necesite voy a estar ahí, siempre.
Eduardo del Llano. Director y guionista. “Segura”, secretario del núcleo del Partido.
Brainstorm es el primero del segundo grupo de cortos, y por ello he tratado de empezar esta segunda etapa con buen pie, lo que ha significado utilizar una cámara HD ( High Definition ). Es un corto muy riesgoso, porque es consecutivamente el tercero que hago filmado en una noche, en una sola locación, y en una sola escena. Son seis personajes sentados a una mesa, de la cual muy raramente dos se levantan, los demás ni siquiera eso. Están reunidos, discutiendo.
Es una historia muy crítica: tiene que ver con que el periodismo cubano muchas veces está de espaldas a la realidad y la edulcora demasiado, no es un periodismo combativo al menos con aquellos a quienes tiene que combatir y de la manera en que debe hacerlo. Tiene que ver también con el adocenamiento; el no meterse en problemas y acostumbrarse a que ese es el estado de cosas que debe ser; la falta de reflejo en los medios de lo que la gente quiere; la falta de crítica… y con que queremos un periodismo más participativo, no solo informativo y didáctico.
Va a dar mucho de qué hablar porque toca un tema casi tabú y muy álgido de la realidad cubana, porque en él participan actores reconocidos y admirados en cuanto a fama y calidad, y porque tiene una fotografía, una limpieza de imagen y un tono muy inusuales.
Brainstorm va a ser un Sex Machine renovado.
Texto y fotos por Jorge Fernández Era. Publicado en PALABRA NUEVA.NET. Revista de la Arquidiócesis de La Habana (http://www.palabranueva.net/contens/0903/0001012-2.htm)