Jorge Perugorría, Vladimir Cruz, Alice de Andrade, Mirtha Ibarra, Juan Carlos Tabío
(foto Papagena)
El jueves tuvimos la suerte de presenciar (dentro del festival Vivamerica que se celebró esta semana en Madrid), una charla-encuentro-diálogo-conversación con los actores cubanos: Jorge Perugorría, Vladimir Cruz, Mirtha Ibarra y el director Juan Carlos Tabío, moderados por la realizadora brasileña Alice de Andrade. Risas, recuerdos, anécdotas y cine. Todos ellos estuvieron menos parlanchines de lo esperado, pero aún así el encuentro valió la pena. Tabío fue el que más habló de cine. Desde lo que cuesta poner en marcha una película, hasta su consideración de que la película es un vehículo de comunicación (o provocación), entre el director y el espectador, de manera que cada película se inicia de verdad en el momento en que el espectador se pone a verla, y cada película es distinta para cada espectador, porque nadie reacciona igual ni siente lo mismo. Reconoció entre los cineastas que admira y le inspiran a Buñuel y Berlanga. Del cine norteamericano le interesaron Altman y Bogdanovich, pero piensa que desde finales de los sesenta en Hollywood siempre se hace la misma película como si se trabajara en serie. También dijo entre sonrisas que el western y el bolero no se pueden tomar nunca en serio. Para los actores quedaron las anécdotas y los momentos más emotivos, como cuando todos ellos recordaron sus sensaciones la noche del estreno en La Habana de Fresa y Chocolate, película que cambiaria sus vidas y que supuso un antes y un después en el cine cubano y probablemente en todo el cine hispanoamericano. En definitiva, una estupenda velada hablando de cine a ritmo de son cubano.
(foto Papagena)
El jueves tuvimos la suerte de presenciar (dentro del festival Vivamerica que se celebró esta semana en Madrid), una charla-encuentro-diálogo-conversación con los actores cubanos: Jorge Perugorría, Vladimir Cruz, Mirtha Ibarra y el director Juan Carlos Tabío, moderados por la realizadora brasileña Alice de Andrade. Risas, recuerdos, anécdotas y cine. Todos ellos estuvieron menos parlanchines de lo esperado, pero aún así el encuentro valió la pena. Tabío fue el que más habló de cine. Desde lo que cuesta poner en marcha una película, hasta su consideración de que la película es un vehículo de comunicación (o provocación), entre el director y el espectador, de manera que cada película se inicia de verdad en el momento en que el espectador se pone a verla, y cada película es distinta para cada espectador, porque nadie reacciona igual ni siente lo mismo. Reconoció entre los cineastas que admira y le inspiran a Buñuel y Berlanga. Del cine norteamericano le interesaron Altman y Bogdanovich, pero piensa que desde finales de los sesenta en Hollywood siempre se hace la misma película como si se trabajara en serie. También dijo entre sonrisas que el western y el bolero no se pueden tomar nunca en serio. Para los actores quedaron las anécdotas y los momentos más emotivos, como cuando todos ellos recordaron sus sensaciones la noche del estreno en La Habana de Fresa y Chocolate, película que cambiaria sus vidas y que supuso un antes y un después en el cine cubano y probablemente en todo el cine hispanoamericano. En definitiva, una estupenda velada hablando de cine a ritmo de son cubano.