miércoles, 26 de octubre de 2011

En Cuba el arte sí tiene libertad, no como la prensa

DIARIO EL PAIS: ENTREVISTA: ALMUERZO CON... JORGE PERUGORRÍA

Hace algo más de 17 años, Jorge Perugorría llegó a Madrid, en un domingo de abril, soleado pero helador. El actor cubano, en mangas de camisa, no estaba preparado para defenderse del frío. Venía directamente de La Habana para presentar su primer trabajo en el cine, Fresa y chocolate, esa estremecedora película de Tomás Gutiérrez Alea sobre la amistad, la tolerancia, el amor y la libertad en un clima de terrible opresión. "Correré la suerte de todos los cubanos", dijo en aquella ocasión el joven Perugorría, al que Fresa y chocolate cambió su vida para siempre. Hoy llega a Madrid de nuevo, con una popularidad y una experiencia a sus espaldas, más de 50 películas y una incipiente carrera como director. Su destino ha sido diferente al de muchos cubanos por una sencilla razón que él mismo reconoce: "He tenido la suerte de encontrar en Cuba lo que la gente sale a buscar fuera: vivir de su trabajo. En Cuba, el cine y el resto de las artes gozan de una libertad y una complicidad con el público que no tienen ni la televisión ni la prensa".


Su pasión por la carne a la brasa y las patatas fritas le ha llevado a elegir este restaurante argentino, en el que se deleita en todos sus viajes madrileños. Ni mira la carta y elige el menú de acuerdo con el solícito jefe de sala, que conoce bien los gustos del actor.

Perugorría, padre de cuatro hijos varones cuyas fotografías enseña orgulloso, participa en la película Boleto al paraíso, una desgarradora historia basada en hechos reales en la Cuba de 1993, cuando la caída de la Unión Soviética condujo a la desesperación a muchos jóvenes amantes de la música. El intérprete todavía se revuelve en la silla cuando recuerda aquellos hechos. "Hubo jóvenes que se sometieron a contagiarse con el virus del sida porque sabían que serían trasladados a una clínica donde tendrían comida gratis y ropa limpia". Boleto al paraíso, dirigida por Gerardo Chijona -se estrena el próximo viernes-, es la película que opta en los Goya al premio al mejor filme latinoamericano.

No rechaza Perugorría hablar de política cubana y, aunque defiende como absolutamente necesarios cambios profundos en su país, que incluyen por supuesto la libertad de prensa y el acceso a Internet, no deja de criticar la política de bloqueo de Estados Unidos. "Cuba va a cambiar por la voluntad de los cubanos, no hay otro camino, no tenemos más remedio, pero nunca lo hará por imposición de otros. La política estadounidense es del siglo pasado y eso también tiene que cambiar, porque no ha contribuido a traer la libertad a la isla. La revolución fue producto de una juventud con ganas de cambio, no se puede negar la historia de 50 años, pero ahora hay que renovarse y reinventarse".

Ha conseguido terminar con la carne, pero no con las patatas, pensando en los kilos. Por eso también rechaza todos los suculentos postres cremosos que ofrecen en el restaurante. Lo que acepta y de buen grado es un chupito de vodka. "Yo lo que soy es un currante. El arte es trabajo, es el resultado de esfuerzos y constancias".

Terminada la comida, se acerca su mujer, que ha almorzado en una mesa cercana. "Qué frío tengo", le dice. "Eso es por estar tan alejada de mí", le contesta Perugorría con una tierna sonrisa.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Cuba/arte/tiene/libertad/prensa/elpepiult/20111026elpepiult_2/Tes

viernes, 7 de octubre de 2011

En Cuba la gente no se come tanto el coco con el tema del sexo

Roma, 7 oct (EFE).- El actor cubano Jorge Perugorría ha considerado en una entrevista con Efe que la sexualidad en Cuba no se vive con sentimiento de culpa, como ocurre en los países influidos "por la Iglesia católica", se vive en plena libertad y "la gente no se come tanto el coco".
Perugorría (La Habana, 1965) presenta hoy en la II Exposición de Cine Iberoamericano de Roma la película "Afinidades" (2010), un drama con implicaciones psicológicas y sexuales en el que dos parejas se lanzan al intercambio de sexo con consecuencias imprevisibles.

"Afinidades" está dirigida por el héroe de los ojos azules de "Fresa y Chocolate" (Perugorría) y por su compañero de reparto, Vladimir Cruz, y además ambos actúan en ella como protagonistas masculinos junto a las actrices Cuca Escribano (española) y Gabriela Grifftih (cubana).

La película, basada en la novela "Música de Cámara" de Reinaldo Montero, se desarrolla en "un lugar idílico", la Laguna del Tesoro de Guamá, al este de La Habana, donde van a pasar un fin de semana dos ejecutivos cuarentones con sus respectivas compañeras con el objetivo de concederse una transgresión sexual.

"La novela era muy fuerte y su carga erótica era todavía mayor que la que hay en la película", refiere.

A Cruz y Perugorría les pareció interesante la historia con cuatro personajes, y además por "afrontar el reto de colocarse detrás y delante de la cámara", explica el actor.

A través de estos personajes quisieron hablar "de la manipulación del poder" y también "meterse en su sicología, que traspasaran los límites y mostrar el precio que hay que pagar por ello".

Perugorría viene de Madrid, donde ha presentado el filme "Boleto al Paraíso", de Gerrado Chijona, que narra una historia real de los años 90 de unos jóvenes desilusionados cubanos que deciden contagiarse el virus del sida en busca del paraíso, que no es sino el ingreso en un hospital para disfrutar de las comodidades que no hay en las calles cubanas.

En "Boleto al Paraíso", Perugorría se pone en el papel de médico del sanatorio.

Cuando se le inquiere sobre la insistencia en el trasfondo sexual de las películas que ha interpretado o dirigido, Perugorria contesta que los filmes cubanos "tienen esa carga erótica porque responden a la realidad cubana, porque el erotismo y la sensualidad es parte de la idiosincrasia del cubano".

"En Cuba se vive la sexualidad sin ese sentido de culpa que da la Iglesia católica. En eso sentido, Cuba tiene muchas libertades y eso que es un pueblo católico -subraya-, pero nos formamos desde jóvenes con muchas libertades en ese sentido, sí".

Además de sexo, el actor cubano considera que en el cine cubano, y en otras artes, "hay mayor espacio para la libertad y para la crítica social" y cita la película "La muerte de un burócrata" (1966) de Tomás Gutierrez Alea, que -según él- pone en solfa a la burocracia cubana.

"El cine cubano se ha inspirado en la realidad cubana en todas sus contradicciones, en su complejidad. No ha sido un cine panfletario, no ha edulcorado la realidad. Ha mirado con profundidad esa realidad", insiste.

Y habla del cine independiente, el que "hacen ahora los muchachos" sin necesidad de pasar por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC).

Además de "Afinidades", que ya ha sido prestando en varios festivales cinematográficos, Perugorria asistirá el martes en Roma a la proyección de su documental "La más cosa más hermosa del mundo" sobre la primera población fundada en Cuba por los colonizadores, "Villa Baracoa", en el noreste de isla y de cuya fundación por el español Diego Velázquez se cumplen ahora 500 años.

Es un sitio muy particular "con unos paisajes hermosísimos" -afirma-, "pero siempre se ha dicho de Baracoa 'la Cenicienta', por su difícil acceso y porque parece que se ha detenido en el tiempo en ella. De hecho, la expresión de Colón al verla: 'La cosa más hermosa del mundo' es la que le di como título".

"Cuando fui a rodar el documental -concluye- me encontré que\'la cosa más hermosa del mundo' era no sólo paisaje, sino también su gente muy sencilla y muy humilde, pero que ha aprendido algo que es una lección para todos los europeos, que es vivir en armonía con la naturaleza".

martes, 4 de octubre de 2011

Lo bueno de hacer cine en Cuba es que siempre estamos en crisis

ENTREVISTA
Jorge Perugorría y Vladimir Cruz, cine y proyectos comunes. Los cubanos Jorge Perugorría y Vladimir Cruz trabajaron juntos por primera vez en Fresa y Chocolate. Desde entonces, han alimentado una amistad que ha derivado en una relación profesional. Muchas películas juntos, y una última con ambos tras las cámaras. Del estreno de su filme nos hablan en esta entrevista, así como de las ventajas y desventajas de hacer cine en Cuba, del arte de expresar y del priviliegio que ha sentido Cruz al trabajar en la última película de Ripstein.

lunes, 3 de octubre de 2011

La juventud cubana está dispuesta a cualquier riesgo

Madrid, 3 oct (DPA) - "La juventud cubana está dispuesta a correr cualquier tipo de riesgo por vivir nuevas experiencias y tener otra vida", asegura el veterano actor Jorge Perugorría (La Habana, 1965), que está en Madrid para presentar "Boleto al Paraíso", de Gerardo Chijona, una película que se estrenará en España el próximo 28 de octubre.
La máxima, que considera válida en la actualidad, es la temática de una cinta que cuenta una historia muy particular, basada en hechos reales: en la Cuba de 1993, inmersa en la decepción tras la caída del comunismo en Europa, un grupo de jóvenes desilusionados, sin perspectivas y con ganas de cambiar, deciden contagiarse con el virus del sida en busca de un "boleto al paraíso", la entrada en un sanatorio donde gozar de comodidades materiales que no tienen en la calle.

Perugorría se pone en la piel del doctor Rensoli, que estuvo al frente del sanatorio de Los Cocos, y que llevó a cabo una lucha a muerte contra la enfermedad en un país en que el brote del sida supuso una gran tragedia: primero, por la falta de medios para combatirla y segundo, por la libertad sexual que existe en la isla, explicó el actor en entrevista con dpa.

"En los primeros años, la pandemia se vivió con mucha ingenuidad y la decisión de estos jóvenes fue un acto extremo de rebeldía adolescente, sin tener conciencia de la gravedad de lo que hacían". Una actitud, que constituye una metáfora del ansia de libertad y vida diferente que sigue siendo una motivación de los jóvenes actualmente: "Los jóvenes de hoy día siguen dispuestos a correr riesgos para vivir otras vidas, quizá no pensando en contagiarse de vida, pero haciendo otras cosas, como salir del país".

Y es que en Cuba sigue habiendo muchos jóvenes con talento pero muy pocas oportunidades. Por eso, cree Perugorría, es bueno que se hagan películas de jóvenes, para dar oportunidades a nuevos actores, como Miriel Cejas o Héctor Medina, que interpretan a Eunice, una adolescente que huye de su pueblo escapando de los abusos de su padre y Alejandro, un joven víctima de maltratos que se dedica a robar farmacias.

La cinta, seleccionada para representar a Cuba en los Premios Goya del cine español, se estrenó en el festival de Sundance y ganó el premio a la mejor película del festival de cine de Málaga, entre otros galardones. Además acaba de hacerse con el premio del público en el festival de Biarritz.

"Boleto al paraíso" es un viaje físico y espiritual por la Cuba de comienzos de los 90, que no se despega de la tradición de compromiso con la realidad que ha guiado siempre al cine cubano, explica el actor. "Es una costumbre que iniciaron los grandes maestros como Tomás Gutiérrez Alea, Humberto Solás, Juan Carlos Tabío o Fernando Pérez y que continúan los jóvenes con su mirada de crítica". Y es que en el cine, opina, hay un mayor espacio de libertad que en otros medios, pero eso también hace que esa disciplina asuma un compromiso social más fuerte.

Una mayor libertad que ha sido también posible por el surgimiento de un movimiento independiente, impensable hace unos años, que hace películas fuera del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematografía (ICAIC), algo posibilitado por el auge de las nuevas tecnologías y facilitado por la crisis económica que hizo que el ICAIC viera reducidos sus recursos y subvenciones.

"Y eso ha hecho que naciera un cine independiente muy fuerte, que tiene el reto de sobrevivir sin ayudas, pero que por otra parte tiene muchísima más libertad porque no cuenta con el apoyo de un organismo del Estado", explica Perugorría.

Y es que "la libertad, considera, es una batalla a ganar en cada obra, en cada creación", pero es precisamente el arte un espacio que permite ir abriendo mentes y reductos de libertad. Y ése es el compromiso de Perugorría, que al contrario de lo que hicieron otros artistas, continúa viviendo en Cuba. "Vivir en Cuba es una motivación, inspiración y compromiso con la realidad cubana, es una fuente inagotable de temas y de historias, aunque falte el dinero. Y eso nos compromete mucho más aún".

El actor se siente comprometido, pero también un privilegiado por poder vivir en Cuba haciendo lo que le gusta. "He encontrado en Cuba lo que muchos buscan fuera, vivir del cine. Yo gozo de la libertad que me ha dado mi propio trabajo", explica.

Un trabajo, que le permitió forma parte de alguna manera de los pioneros del cambio en Cuba. "Todo el mundo, incluso el gobierno, es consciente ahora de que Cuba necesita transformaciones, pero el mundo del arte ya lo visualizó y cambió hace mucho tiempo".

Desde que Gutiérrez Alea comenzara en los 60 con su feroz crítica a la burocracia cubana "La muerte de un burócrata", seguida de obras como "Fresa y Chocolate" (1994) o "Guantanamera"(1995), dirigidas con Juan Carlos Tabío, marcó un camino de compromiso, crítica y lucha contra los intentos de influir por parte de los funcionarios del régimen en el arte, algo que sin embargo, cada vez es menos frecuente. "Cada obra es siempre una batalla a ganar, pero se puede hacer y se puede hacer dentro de Cuba. Ése es el reto".

Y en esa lucha, la película "Fresa y Chocolate" - protagonizada por el propio Perugorría-, que se hizo con un Goya y fue candidata a un Oscar, no marcó sólo un punto de inflexión en su carrera de cara a fuera, sino también sigue siendo una referencia interior, un canto a la tolerancia y la lucha por el respeto a las diferencias que no se ha ganado totalmente. "La televisión cubana la estrenó sólo hace dos o tres años, tras una larga batalla de los artistas", cuenta el actor.

Batallas, que sin embargo, deben llevarse a cabo en el interior de la isla, para posibilitar los cambios "desde dentro, porque es lo más sano y saludable".

Y en esa lucha personal y grupal, Perugorría ha encontrado otro instrumento paralelo a la actuación: las artes plásticas, la pintura y escultura, pero siempre, para hablar de lo mismo: la realidad cubana. "Para mí toda forma de arte es lo mismo, si no puedo hacer una película hago una exposición o una obra, que requieren menos recursos, pero sigo con los pies en la tierra".

Y del arte como instrumento de presión hablará en los próximos días en conferencias en el marco del festival VivaAmerica, que se celebra en Madrid del 4 al 9 de octubre.

Algo que se ha convertido en una pasión, para la que sigue encontrando un espacio pese a que no deja de hacer cine: Además de "Boleto al Paraíso" llegará pronto a España "Afinidades", que Perugorría protagoniza y dirige junto a Vladimir Cruz. Además, está terminando "Amor crónico" en la que aventura a la dirección en solitario y está a punto de estrenarse "Siete Días", siete cuentos realizados por siete directores diferentes en la protagoniza uno de ellos. En los próximos días presentará en Roma un documental sobre la ciudad cubana de Baracoa, que acaba de celebrar su 500 aniversario.