lunes, 4 de enero de 2010

Seguiré haciendo cine cubano y trataré de ayudarlo y promocionarlo siempre


La habana. Amante y defensor del cine que se realiza en su país, Jorge Perugorría reconoce los problemas de una industria peculiar que depende en buena medida de las coproducciones.

En varias ocasiones ha manifestado que se siente comprometido con el cine cubano, ¿qué significa eso?
Significa que voy a seguir haciendo cine cubano mientras me llamen los directores y mientras pueda. Que siempre trato de promocionar el cine cubano y que trato de ayudar en lo que pueda.
Sin embargo, el cine cubano no tiene muchas opciones de salir al exterior...

Ése es el gran problema. Pero lo es en todo el mundo. Ahora se ha democratizado más la tecnología y gracias a eso se puede contar una historia con un presupuesto muy bajo pero después, ¿qué se hace con la película? De todos modos, para la gente joven en Cuba esto es una alternativa interesante porque pueden acceder a festivales y aunque no tengan garantizada la distribución, por lo menos, la gente puede conocerlos y tener apoyo en próximos proyectos.

¿En qué situación se encuentra el cine cubano hoy?
Se hacen alrededor de cinco o seis películas al año y otras tantas coproducciones. Diez o doce en total. Antes el ICAIC asumía todas las producciones pero con la caída del muro de Berlín los recursos fueron a menos y eso supuso una crisis en nuestra industria. Sin embargo, el boom de Fresa y chocolate hizo que la demanda aumentara y era cuando menos dinero había. En este momento se está recuperando. La gente joven está teniendo oportunidades de contar historias con este cine de bajo presupuesto.

¿Qué suponen las coproducciones para el cine en la isla?
Son fundamentales. De las coproducciones sale parte de los recursos que el ICAIC utiliza para hacer las películas propiamente cubanas. Y como experiencia también. Hay técnicos que tienen en su haber 80 ó 100 películas y eso siempre es enriquecedora. El cine cuesta aquí dos pesos cubanos, que prácticamente es nada, y una película cubana por mucho éxito que tenga es imposible que recaude lo que invierte. Así que una manera de garantizar eso es la coproducción. Además, se facilita el estreno en otros países y eso también posibilita que se recuperen parte de los ingresos.

¿Cómo ve a los jóvenes?
Hay mucho talento, con ganas de seguir contando historias, de seguir el camino de Gutiérrez Alea, Tabío, Pérez, Solá, el de ese cine cubano que incide y se inspira en la realidad cubana.

¿Cómo viven los cubanos el Festival de Cine de La Habana?
Lo interesante del festival es la relación que tiene con el público. La gente se vuelca y a los directores les gusta ver las colas que se forman para ver sus películas. El resto del año los cubanos acceden a otro tipo de programación y para ellos es una oportunidad de ver historias diferentes.